El Futbol tiene Musica: Patrick O’Connell

De Patrick O’Connell solo queda el recuerdo, primero de los irlandeses que lo vieron nacer, luego de Inglaterra, donde lo vieron triunfar en su juventud, y luego España, donde se consolido, no solo como futbolista, sino tambien como tecnico.

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Fue un defensa, un mediocampista de contencion, de los que se dedican a cortar el juego ajeno. Fue capitan del Manchester United, llego a jugar en el «Fixed Match» de 1915 contra Liverpool, en el que los jugadores pactaron un resultado 2-0 a favor de Liverpool, porque pagaba 7 contra 1 en las apuestas. El partido termino con ese resultado, e incluso Patrick se dio el lujo de errar un penal para asegurarse del resultado. Era necesario,  con la inminente clausura de la liga por la Primera guerra mundial, los jugadores buscaban conseguir algunos ingresos extra en las apuestas ilegales.

El «Fixed Match» tuvo sus consecuencias, los siete jugadores implicados, fueron sancionados, aunque se les perdono. Todos menos uno, que fue sancionado por 30 años. Enoch West jamas volveria a pisar un campo de futbol, aunque se presentara todos los dias a alegar su inocencia, a pedir perdon, aun con hambre, en la pobreza, jamas le perdonaron.

Pero nuesro protagonista tambien estuvo en otro partido de esos, que trascienden el tiempo, y la leyenda les coloca un nombre. El partido de «los nueve hombres y medio». Irlanda contra Escocia, 1915. Irlanda abajo por un gol, con un hombre menos, O’Connell cae mal al suelo, se rompe un brazo. Pero no quiere salir (y en esa epoca no se podia sustitur jugadores), asique, un vendaje improvisado, la anestesia que se permitia en esas epocas, que era un buen trago de Whiky, y a jugar. Despejo cuanta pelota le vino encima, y fue heroe de ese partido, que terminaria en un empate. Los diarios al otro dia le pondrian «el Heroe de los Nueve y medio».

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Paddy, vestido de estrella.

La carrera deportiva de Patrick cambio, cuando luego de colgar las botas, se convirtio en entrenador, y fue a España, dejando atras a su mujer, junto a cuatro hijos.

Su periplo en España lo pone en entrenador de Racing, donde se hace conocido, luego en Real Betis, donde logro la hazaña de hacerlo campeon, por unica vez. Tambien se caso nuevamente, con una muchacha que parecia el vivo calco de su otra esposa, que se quedo en Irlanda. A pesar de su nueva vida, Patrick nunca dejo de enviar dinero a su otra familia, para que pudieran vivir comodamente.

El tiempo paso, llego a ser el entrenador del Barcelona, en plena guerra civil, cuando O’Connell estaba de vacacions en Inglaterra, estallo el conflicto. Le enviaron una comunicacion desde el club, en el que entendian si el irlandes no queria regresar. Su respuesta fue definitiva «Tengo un contrato y pienso cumplirlo». Acepto que le rebajen el sueldo, acepto el tener que hacer una gira por Mexico y Estados Unidos, para poder garantizar la superviencia de la plantilla, tanto economica como fisica.

Cuando el viaje termino, la espaa franquista habia encontrado a O’Connell como un culpable de desvios de dinero del Club Barcelona. Dinero que la dirigencia anterior enviaba a sus jugadores, pero con la firma del entrenador. Lo exiliaron practicamente.

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Patrick, vestido de DT, ya cruzando hacia la avenida «Leyenda»

Los años pasaron, y aparecio un joven. Espigado, colorado, irlandes, buscando a Patrick O’Connell, «un gran tipo, vive en Sevilla» le dijieron. Y alli se dirigio. Lo encontro sentado en una plaza. Se vieron, y no necesitaron decirse ni una palabra, el viejo Patrick reconocio a aquel muchacho, porque era su calco. Era su hijo, el que desde su viaje a España, no volvio a ver.

Daniel O’Connell cuando vio a aquel viejo, le pregunto:

-¿Cómo es España, padre?

-España es como un partido de fútbol en el que los dos equipos intentan comprar al árbitro.

-¿Y Sevilla, cómo es Sevilla?

-Es un lugar donde la gente vive como si fuera a morir la misma noche.

Patrick solo tenia una pregunta para su hijo… «Y como esta el Manchester United?»

 

Decia que de Patrick O’Connell solo queda el recuerdo, porque, abanonado por la vida, murio en Londres. Y la leyenda quedo en un cementerio publico, sin memorial, ni lapida. Con los pastos largos, y quizas solo una piedra derruida y abandonada.

El mundo del balon pie organizo una movida para tratar de que al menos esta figura, tenga una tumba donde se lo pueda recordad, aun que sea como ultimo favor, a alguien que fue rigido en vida, y cuando se fue, quedo, solo como una piedra.